El argumento principal de la película se basa en el
trabajo como educador social que realiza Toni Darder en un centro tutelar de menores. Le quedan
unos pocos años para jubilarse y siente sobre sus espaldas la pesada carga del
fracaso. Ha perdido la esperanza en lo que hace y en su propio destino, y aun
así, arrastrado por la inercia y dando lo mejor de sí mismo, continúa en la
brecha trabajando con unos chicos, cuyas circunstancias parecen todas la misma.
Sin embargo, el ingreso en el centro de Tariq, un niño magrebí de la calle,
hace que algo esté a punto de cambiar en su vida. Y quizá esta vez sea para
bien.
Se trata de una historia de segundas oportunidades,
de mantener la esperanza cuando ya no parece haber motivos para ello y el
último tren hace ya tiempo que abandonó la estación.
En esta película se reflejan claramente algunos de
los contenidos adquiridos en las clases de didáctica, representa de una manera fiel a la realidad de los centros de acogida
de menores, se reflejan de manera bastante acertada los roles de educadores en
estos centros, así como los modelos de enseñanza aprendizaje que realizan para
llevar a cabo su labor.
En este caso, se ve claramente, la utilización del
modelo humanista, ya que el educador es una pieza fundamental en la enseñanza.
Este debe adaptarse a las características y necesidades de los colectivos e
individuos con los que trabaje. Debe tener en cuenta que aparte de los
contenidos que pretende conseguir este educador, debe tener en cuenta que con
los colectivos con los que trabaje son antes de todo personas, las cuales deben
ser tratadas con sutiliza. Esto se refleja en la relación que mantiene Toni con
Tariq, al que trata, ante todo, como persona, a la que debe ayudar para que
adopte una conducta correcta ante la sociedad. También aparecen secuencias en
las que se aplica el modelo conductista para castigar aquellas conductas que se
muestran contrarias a las normativas impuestas por la organización del centro.
Por otro lado, como hemos citado antes, también nos
muestra cómo debe comportarse un educador social en su trabajo. Este profesional debe realizar una
intervención de carácter activo, ya que parten de una propuesta de cambio en
las amplitudes y en las actitudes de las personas con las que trabajamos. Debe realizar un proceso de intervención para
conseguir transmitir los valores, el soporte afectivo, sostén material, los
aprendizajes que son necesarios para evolucionar y participar en la sociedad. Sus
pautas de comportamiento serán mantenedoras o modificadoras del grupo social.
También debe encargarse de facilitar que se desarrolle, en el ámbito en que se
desarrolle el libre ejercicio de los derechos reconocidos a todas las personas,
la promoción y normalización de los individuos, colectivos, sectores y
comunidades, su vinculación, competencia y autonomía personal y social, desde
la afirmación de que todas las personas son iguales y tienen derecho al
ejercicio libre y responsable de todos sus
derechos y a la necesidad de dar oportunidades de cambio a todas las
personas, adecuando los métodos a las diferentes necesidades, dificultades y
problemáticas.
Toda esta labor, que debe realizar el educador
social, no debe influir, en teoría, en la vida personal de dicho profesional,
esto no es exactamente lo que ocurre en la película, ya que Toni presenta una
enorme implicación en su trabajo, y sobre todo con los sujetos que trata, que
le llevan a sentirse desorientado y perdido en su vida personal, por el mero
hecho de estar todo el día centrado en su trabajo.
Otra cualidad que debe ser imprescindible en los
educadores sociales, es la paciencia. Los colectivos con los que se trabaja
requieren tiempo, entrega y sacrificio, lo que lleva a la necesidad de no
perder los nervios en situaciones extremas. Esto es otro aspecto que se muestra
contrario en la película, ya que por mucha paciencia que tengan dichos
profesionales, siempre habrá situaciones que sean superiores a ellos, y les
lleven a mostrarse enfurecidos y nerviosos, esto es lo que sucede con Toni.
Para mi esta película es un fiel reflejo de la
verdadera tarea de un educador social. No todo es tan bonito como lo pintan en
la carrera que realizamos para formarnos, ni como no lo cuentan. La práctica no
tiene nada que ver, ya que nos vamos a encontrar con difícil situaciones a las
que tenemos que saber reaccionar para poder solucionar. Para ello es necesario
formarnos día a día e intentar poco a poco obtener y desarrollar todas las
competencias necesarias para saber transmitir una serie de valores sociales,
morales y educativos para reeducar a personas y enseñarlas a ``saber ser´´.
Debemos realizar este trabajo con esfuerzo y dedicación concienciándonos que no
va a ser un trabajo fácil, pero que sabiendo actuar podremos conseguir grandes
cosas en la sociedad.
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